Como os hemos venido adelantando estos últimos días, el segundo post del Blog de Vida Marina gira en torno al apasionante mundo de los corales. Intentaremos aclarar en estas líneas algunas de las dudas que nos planteáis en la tienda y os mostraremos las diferencias entre los corales duros y los corales blandos que podemos encontrar en nuestros acuarios. Además, os mostraremos algunos ejemplos de la belleza de los corales que podéis ver en nuestra tienda. ¡Esperamos que disfrutéis con la lectura!
Muchos apasionados por la acuariofilia deciden recrear un pedacito de arrecife en sus acuarios decantándose por la elección de introducir corales (ya sea por su belleza, sus colores, formas, rarezas o por lo exótico que resulta para nuestros sentidos). Pero antes de todo tenemos que preguntarnos, ¿qué es un coral?. De esta forma, sabremos y comprenderemos las necesidades que requieren estos magníficos seres vivos.
Para empezar, los corales también son animales; son animales coloniales pertenecientes al filo Cnidaria, clase Anthozoa. Las colonias están formadas por miles de individuos zooides y pueden alcanzar grandes dimensiones. El término coral no tiene ningún significado taxonómico y es poco preciso; suele usarse para designar a los antozoos que generan un esqueleto calcáreo duro, especialmente los que construyen colonias ramificadas; pero también es común denominar coral a especies con colonias compactas e incluso con esqueleto córneo y flexible, como las gorgonias. Los arrecifes de coral son estructuras calizas en la que una inmensa parte de la vida marina se refugia. Sirven como hogar para para aproximadamente 4.000 ejemplares de peces y 700 especies de coral.
Los primeros corales aparecieron hace 700 millones de años, experimentaron un pleno desarrollo pero desafortunadamente aquéllas primeras especies se extinguieron. Sin embargo, hace 250 millones de años surgieron nuevas especies que preferían los mares con aguas limpias, poco profundas, iluminadas y cálidas. Estas variedades son las que conocemos en la actualidad.
Tipos de corales
Dentro de un acuario marino puedes elegir entre diferentes tipos de coral. Dependiendo de tu elección, los corales requerirán diferentes necesidades para su correcto desarrollo.
El coral blando es el que no forma un esqueleto rígido aunque presentan espículas calcáreas que les dan cierta rigidez. Al morir, su esqueleto no pasa a formar parte del arrecife de coral, aunque habitan en ellos. Sus ramificaciones de carbonato de calcio les ayudan a mantenerse unidos.
Dentro de los corales blandos, podemos encontrar los que presentan zooxantelas, que se adaptan muy bien a la cautividad y son relativamente sencillos de mantener (tales como Lobophytum sp., Sinularia sp. o Sarcophyton sp.) y los que no tienen este tipo de algas unicelulares simbióticas (como Dendronephtya sp.).
Son corales cuyo mantenimiento es relativamente sencillo; si decides introducir coral blando en tu acuario, verás que se adapta rápidamente a las condiciones de su nuevo hogar. Sin embargo, debes mantener unos parámetros óptimos para tu acuario para su correcto crecimiento. El movimiento del agua tiene que ser moderado y tienes que mantener una iluminación media para evitar quemaduras por parte de las lámparas. Además hay que tener en cuenta que existen ciertos corales blandos que son incompatibles entre sí, por lo que hay que preparar zonas donde las corrientes de agua de unos y otros no se encuentren. El coral blando necesita para vivir agua muy limpia y muy baja en compuestos nitrogenados, los cuales en bajas concentraciones ya pueden resultar tóxicos para estos animales. Si la calidad del agua es la adecuada, observarás como su crecimiento es espectacular. Algunos de los parámetros que tendremos en cuenta para obtener un medio óptimo para este tipo de coral, son el pH (entre 8 y 8.3), el Kh (entre 8 y 12) y la densidad (entorno a 1024). Aconsejamos que, además de los cambios semanales de agua del 10% del volumen del acuario, se reponga de forma diaria el agua evaporada. Así, la variación de salinidad estará más controlada.
Dentro de los corales blandos, podemos encontrar los que presentan zooxantelas, que se adaptan muy bien a la cautividad y son relativamente sencillos de mantener (tales como Lobophytum sp., Sinularia sp. o Sarcophyton sp.) y los que no tienen este tipo de algas unicelulares simbióticas (como Dendronephtya sp.).
Son corales cuyo mantenimiento es relativamente sencillo; si decides introducir coral blando en tu acuario, verás que se adapta rápidamente a las condiciones de su nuevo hogar. Sin embargo, debes mantener unos parámetros óptimos para tu acuario para su correcto crecimiento. El movimiento del agua tiene que ser moderado y tienes que mantener una iluminación media para evitar quemaduras por parte de las lámparas. Además hay que tener en cuenta que existen ciertos corales blandos que son incompatibles entre sí, por lo que hay que preparar zonas donde las corrientes de agua de unos y otros no se encuentren. El coral blando necesita para vivir agua muy limpia y muy baja en compuestos nitrogenados, los cuales en bajas concentraciones ya pueden resultar tóxicos para estos animales. Si la calidad del agua es la adecuada, observarás como su crecimiento es espectacular. Algunos de los parámetros que tendremos en cuenta para obtener un medio óptimo para este tipo de coral, son el pH (entre 8 y 8.3), el Kh (entre 8 y 12) y la densidad (entorno a 1024). Aconsejamos que, además de los cambios semanales de agua del 10% del volumen del acuario, se reponga de forma diaria el agua evaporada. Así, la variación de salinidad estará más controlada.
Zooanthus sp. |
Clavularia sp. |
Discosama sp. |
Sarcophyton sp. |
El coral duro cuenta con un esqueleto de carbonato de calcio que le aporta una estructura rígida. Tras su muerte, normalmente pasa a formar parte del arrecife de coral. Los corales duros pueden tener pólipos grandes y carnosos o bien presentar una capa fina de tejido sobre el esqueleto. La mayor parte de los corales de arrecife presentan algas unicelulares (denominadas zooxantelas) en el interior de sus tejidos que les proporcionan alimento al realizar la fotosíntesis. Estas algas les aportan cierta coloración marrón parda. Otros colores más llamativos como verdes, azules o rojos se deben a pigmentos que les protegen de las radiaciones ultravioletas. Además del alimento que obtienen de sus algas simbiontes, los corales completan su dieta con alimento planctónico presente en las corrientes de agua. Este plancton abarca desde bacterias hasta larvas de peces, habiendo incluso corales adaptados a su captura activa por medio de sus pólipos.
Los corales duros podemos dividirlos en duros de pólipo corto y duros de pólipo largo, small polyp stony (SPS) y large polyp stony (LPS), en inglés. Esta clasificación se refiere al tamaño del pólipo del género, que en los SPS como Acropora sp., suele ser de 1 o 2 mm. y en los LPS, como Euphyllia sp., de hasta 15-20 cm.
Este tipo de coral se puede introducir en el acuario sin que existan necesariamente grandes superficies entre las rocas. El movimiento del agua en este caso tiene que ser fuerte y la iluminación del acuario ha de ser de intensa o muy intensa dependiendo de las necesidades lumínicas de las especies que tengas. En cuanto a este aspecto de iluminación, destacar que los corales producen hidratos de carbono que introducen en su organismo a partir de CO2, luz y agua por lo que, para que se desarrollen correctamente la mejor luz que pueden recibir es la que más se asemeje al sol (recuerda que los arrecifes de coral viven en aguas luminosas y poco profundas). Siempre que introduzcas ejemplares nuevos tienes que hacerlo poco a poco, nunca de golpe. Es aconsejable que se realice de manera gradual para que no se alteren los parámetros acuáticos y no se afecte negativamente a otros habitantes del acuario. El mantenimiento de los corales duros presenta mayor dificultad que los corales blandos, por lo que es muy importante el correcto asesoramiento por parte del prescriptor en tienda.
Mesa de corales duros en tienda |
Acropora sp. |
Tubastrea sp. |
Trachyphyllia sp. |
Favites sp. |
Tubipora musica sp. |
Lobophyllia sp. |
Lobophyllia sp. |
En resumen, hemos visto que los corales no sólo tienen una función ornamental o decorativa, sino que llenan de vida nuestros acuarios. Su mantenimiento no es una tarea fácil y para lograr que sobrevivan y se desarrollen en todo su esplendor tenemos que garantizar unas condiciones de equilibrio en los parámetros físico-químicos del agua. Nuestro mejor consejo desde Vida Marina; tener constancia y paciencia ya que la formación de una colonia de coral es una tarea a largo plazo, pero que compensa con creces el esfuerzo y dedicación cuando disfrutas de su máxima belleza.
Queríamos terminar este post haciendo referencia al modo de extracción de los corales. En Vida Marina cuidamos especialmente el modo de recolección de los corales y rechazamos totalmente cualquier práctica ilícita o dañina para la protección de estas especies y consecuentemente rechazamos su adquisición.
Otras amenazas como la sobrepesca, la contaminación o el aumento de la temperatura global y en concreto de la temperatura del mar asociada con las emisiones de gases de efecto invernadero hacen que los arrecifes de coral sufran un descenso en los últimos años. Por este motivo, desde aquí os animamos a la protección del medioambiente y a la contribución de nuestro pequeño granito de arena para el establecimiento de leyes ambientales para proteger este importante ecosistema marino.
A continuación os mostramos un pequeño vídeo de algunos de nuestros bellísimos ejemplares de coral. Como siempre, estáis invitados a verlo en nuestra propia tienda.
Esperamos que hayáis disfrutado de la lectura de este post, tanto como nosotros preparándolo. Os esperamos muy pronto con muchos más interesantes temas sobre acuariofilia. ¡Suscríbete a nuestro blog, te esperamos!
Publicado por el Equipo de Vida Marina
No hay comentarios:
Publicar un comentario